Imaginación técnica


por María Luz Diez*



hay belleza en el triste pensamiento

y no hay flor en la cual no haya belleza”


Delmira Agustini – Fragmento de “Violeta”




Pensamiento y belleza. Si hubiera que sintetizar la exposición en dos palabras podrían ser éstas. Si en una primera impresión pareceríamos estar rodeados por un jardín de flores preciosas y seductoras, al contemplarlas de cerca nos encontramos con que están inmersas en un mundo de circuitos eléctricos, válvulas, signos y grafías, que aunque debieran descolocarnos por su inconexión, encajan perfectamente en una ambigüedad armónica. La obra de Garnica transita en una permanente tensión: orgánico y tecnológico, naturaleza y artificio, maquinismo y erotismo, plano y volumen, composición y automatismo. Sin embargo estas ambivalencias se conjugan en sus planteos, generando metáforas poéticas y abriéndonos a una nueva cosmología; a su inventario emocional.

El título de la exposición hace referencia a la obra de Beatriz Sarlo, La imaginación técnica. Sueños modernos de la cultura argentina, donde la crítica caracteriza un desarrollo de cierto sector de la cultura de los años ‘20 y ‘30, como “los saberes del pobre”. Se refiere con ello a “esa mezcla desprolija de discursos sobre química e ingeniería, metalurgia y electricidad, geografías exóticas y visiones que anuncian la metrópolis futura”. El progreso de la técnica y la ciencia excede el sentido común, y abre las fantasías científicas populares, permitiendo pensar nuevos mundos posibles. La radio rompe los obstáculos de la materia; la difusión masiva permite que un individuo ‘común’ tenga acceso a conocimientos que lo conviertan en inventor. La imaginación técnica convierte a la ciencia en simulacro popular, configurando una nueva simbología donde los límites entre ficción y realidad se vuelven imprecisos, donde los viejos mitos de repente pueden volverse reales.

Garnica retoma en sus obras estas lecturas y construcciones de mundos nuevos a partir de la fantasía y la técnica, desde una mirada actual y contemporánea; rota la utopía moderna. No plantea volverse un inventor de nuevos porvenires; sino que nos invita con su metáfora a encontrar en sus dibujos nuevos universos. Cada obra es una ventana a un imaginario simbólico: invitación a liberar la conciencia para meditar estéticamente.



*Directora de Contenidos de CRAC! Magazine

 Magíster en Gestión Cultural

 Licenciada en Gestión e Historia de las Artes